Los gobiernos populistas no son para nada una novedad del Siglo XXI. Argentina, por ejemplo, experimentó su primer gobierno de este estilo con la llegada de Perón al poder, en 1946. Sin embargo, en la actualidad se evidencia una ola de populismo no solo en Latinoamérica, que fue la región que más experimentó este estilo fenómeno hace una década, sino también Estados Unidos e incluso Europa están padeciendo esta manera de hacer política.
¿Son una amenaza para la democracia?
Para responder esta pregunta, podemos contrastar dos experiencias totalmente distantes entre sí, pero que confunde ver cómo convergen en su modo de actuar: hablamos de Donald Trump y Hugo Chávez. A pesar de que el norteamericano esté asociado a la “derecha”, y que el venezolano a la “izquierda”, ambos son marcadamente populistas. Vemos como ambos, por ejemplo, han devenido en atacar a los medios de comunicación con la excusa de que dan noticias falsas para desestabilizar al gobierno. Y es que el personalismo tan marcado que naturalmente es consecuencia del populismo, representa una gran amenaza para las instituciones democráticas que conocemos en la actualidad.
Como vemos, estos rasgos autoritarios no pertenecen a una ideología específica, pero los medios para alcanzar sus fines son parecidos (Chávez durante la primera década del 2000). Ayer, el Jefe de Estado americano asomó, vía Twitter, la posibilidad de posponer las elecciones en las que diarios como The Economist o Fox News le dan menos del 20% de chances para ganar.
¿El coronavirus no es excusa suficiente como para cerrar los comercios y cuidar la salud de las personas, pero sí lo es para aplazar el derecho político más importante, el sufragio?
Con motivos distintos, sabríamos que a Trump no le temblaría el pulso en aplazarlas (si de él dependiera), y más aún cuando las predicciones son adversas. De hecho, lo haría de la misma manera en la que Chávez intervino en elecciones para cambiar el resultado a su favor.
Aunque Trump amenace por cualquier medio con posponerlas, requiere del Congreso para poder aprobarlo y el panorama no es favorable para ello. Y es aquí donde las instituciones representativas, los principios republicanos de división de poderes amparan a los ciudadanos corren riesgo. La realidad de Estados Unidos es distinta a los países latinoamericanos e incluso algunos europeos; tan solo basta con ver cómo Viktor Orban o incluso Hugo Chávez han sido muchísimas cosas menos democráticos y encontraron la manera de “burlar” los mecanismos de control ante decisiones autoritarias. Es por lo cual, la amenaza que representa el populismo para la democracia moderna requiere de un esfuerzo y una mayor participación por parte de la ciudadanía en su ejercicio activo de derechos políticos.
Escrito por: Gerardo Aboulafia / @gerardoaboulafia
FOTO DE PORTADA: THE NEW YORK TIMES