Donald Trump salió este miércoles 20 de enero de la Casa Blanca, en su último día como mandatario, con un viaje a Florida con el que evita estar presente en la ceremonia de investidura de su sucesor demócrata Joe Biden, a quien le deseó suerte. En medio de su despedida afirmó ante un grupo de seguidores que regresará de alguna manera.
El republicano partió hacia su resort Mar-a-Lago en Palm Beach, en el sur de Florida, donde planea instalarse. Después de salir en helicóptero desde los jardines de la Casa Blanca, Trump despegó desde la base militar de Andrews (Maryland) para su último vuelo a bordo del Air Force One.
Al salir de la Casa Blanca y antes de abordar el helicóptero, dijo que fue un gran honor ocupar el puesto de presidente de los Estados Unidos (EEUU). Para él, es el hogar más grandioso del mundo. Declaró frente a la presa: “Hemos logrado mucho, ha sido algo muy especial. Solo quiero decir adiós, pero ojalá no sea un adiós a largo plazo, nos veremos pronto”.
Hizo un repaso de los hitos de su gestión; ahí afirmó que espera que no les suban los impuestos, pero si lo hacen, “yo se los advertí”. Dijo que si no fuese por la pandemia, los números económicos hubiesen sido los mejores de la historia.
Aunque Trump no habló sobre su decisión de ausentarse de la ceremonia de investidura, sí hizo una alusión al gobierno entrante, sin dejar de dirigirse a sus simpatizantes: “Siempre voy a luchar por ustedes. Voy a estar viendo, escuchando. Le deseo mucha suerte al próximo gobierno, tienen la base para hacer algo espectacular”.
Estados Unidos con la mejor economía
Trump advirtió que si dejan las cosas solas, van a ver números impresionantes ya que tienen la mejor economía del mundo. Según él, lograron un milagro médico, la vacuna desarrollada en nueve meses en lugar de nueve años. Informó también que tienen otras dos aprobadas y otra en camino.
Sostuvo que tuvieron muchos obstáculos y a pesar de eso lograron 75 millones, lo que según él es un récord en la historia de presidentes. También, destacó el nombramiento de tres jueces de la Corte Suprema y de cientos de jueces del circuito federal.
Sobre la pandemia, a la que volvió a referirse como el “virus chino”, agregó que quieren darle mucho amor a todos los que están sufriendo. Al bajar del escenario, sonó la música que caracterizó sus eventos de campaña en los últimos meses: YMCA, de Village People.
En Washington, un campamento atrincherado tras los disturbios del Capitolio; Joe Biden es juramentado; hoy se convierte en el 46º presidente de la historia de Estados Unidos.
Donald Trump es el primer presidente estadounidense en no asistir a la toma de posesión de su sucesor en más de 150 años. Tras haber rechazado durante más de dos meses reconocer su derrota en las elecciones del 3 de noviembre, el multimillonario republicano acabó prometiendo hace unos días una transición en orden, pero nunca felicitó a Joe Biden.
Las calles del centro de Washington, normalmente repletas antes de cualquier investidura, están cercadas por altas vallas y cerradas al tráfico y al paso de los viandantes, bajo la mirada de hasta 25 mil militares de la Guardia Nacional.
Seguridad en la juramentación del nuevo residente de la Casa Blanca
Además de ese despliegue de seguridad para una investidura presidencial, la jornada de este miércoles contrastó con otras por la ausencia de público en el National Mall, la explanada que se extiende desde el Capitolio hasta el monumento a Lincoln.
Solo unos mil invitados presenciaron el discurso de Biden en persona desde la escalinata oeste del Capitolio, frente a los 200 mil que solían ocupar los asientos de honor durante ceremonias previas.
La mayoría son legisladores estadounidenses, aunque también estarán los expresidentes Barack Obama (2009-2017), George W. Bush (2001-2009) y Bill Clinton (1993-2001), junto a sus respectivas esposas, Michelle Obama, Laura Bush y Hillary Clinton. El vicepresidente saliente, Mike Pence, asistió también a la ceremonia.