Al menos 375 personas han muerto en Filipinas debido al tifón Rai que cayó sobre el país entre el jueves y el sábado de la pasada semana, según información recogida por la policía del país asiático.
Con vientos de hasta 270 kilómetros por hora, el tifón cruzó de este a oeste por unas nueve islas del sudeste del archipiélago con un balance provisional de al menos 500 personas heridas. El ciclón causó importantes daños en viviendas e infraestructuras. Los servicios de emergencia del país aún enfrentan dificultades para llevar ayudas a los cientos de miles de damnificados que ha dejado Rai.
La Policía Nacional filipina ha señalado este lunes que al menos medio centenar de personas permanecen desaparecidas tras el tifón, que causó una gran devastación; dejando gran parte de las viviendas destruidas, sin electricidad, suministro de agua, o alimentos.
El informe oficial de la policía, las zonas más afectadas son Bisayas, Caraga, Siargao, Norte Mindanao y Zamboanga. “Mucha gente llama a este lugar su hogar. Es desolador ver esta devastación”, indicó en Twitter la ONG Plan Internacional Filipinas junto con fotos de casas derruidas en la isla de Siargao.
La presidenta de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Filipinas, Kristin Dadey ha manifestado que es “descorazonador” informar sobre la completa devastación en Massin (capital de la provincia de Leyte del Sur, localizada en las islas Bisayas). “El 90% de los alojamientos están dañados, y hay una necesidad urgente de alimentos, alojamiento, electricidad, kit sanitarios y demás”, indicó Dadey.
Más de cuatrocientas familias afectadas por tifón en Filipinas
El Departamento de Bienestar Social y Desarrollo (DSWD) informó por su parte que hay un total de 1.805.005 de afectados. El Centro de Respuestas a Desastres indicó de su lado que más de 450.000 familias se han visto afectadas por el paso del tifón, que golpeó el centro y el sur de Filipinas, de acuerdo con medios de comunicación locales.
Las autoridades han señalado que el número de personas muertas podría cambiar pues están a la espera de una evaluación de los daños más detallada.
La fuerza de los vientos de Rai bajó a 150 kilómetros por hora al avanzar por el archipiélago, dejando a su paso inundaciones en pueblos, árboles arrancados y viviendas de maderas destrozadas en uno de los ciclones más fuertes que hayan golpeado Filipinas en la presente temporada de tormentas.
La embestida del tifón, conocido como Odette en el país y el decimoquinto en llegar a Filipinas este año, ha pasado por un total de nueve islas donde ha destruido las comunicaciones en algunas áreas y provocado daños en numerosos edificios.
En su punto más fuerte, Rai acumuló vientos sostenidos de 195 kilómetros por hora; una de las más poderosas en los últimos años en golpear el archipiélago del sudeste asiático propenso a desastres, que se encuentra entre el océano Pacífico y el Mar de China Meridional.
Más de 300 mil personas huyeron de sus casas y hoteles de playa cuando el tifón Rai arremetió contra las regiones del sur y centro del país, donde dejó zonas sin comunicación y derribó postes de electricidad. Se estima que alrededor de 200 mil personas se refugiaron en 8 mil centros de evacuación organizados por las autoridades.
Fallas eléctricas y problemas de comunicación
Las autoridades de las islas Dinagat, una de las primeras provincias azotadas por los fuertes vientos del llamado supertifón, permanecieron aisladas el sábado. Eso se debe a la caída de las líneas eléctricas y de comunicación. Pero su gobernadora, Arlene Bag-ao, logró publicar un comunicado en el sitio web de la provincia. Ésto para decir que la isla de unos 180 mil habitantes “ha sido arrasada hasta los cimientos”.
Además, pidió comida, agua, refugios temporales, combustible, kits de higiene y suministros médicos. Adelantó que hasta ahora solo se han reportado unas pocas víctimas en la capital porque otras ciudades permanecen aisladas.
Las imágenes publicadas en el sitio web de Dinagat muestran casas bajas con techos volados o dañados y rodeadas de techos de hojalata y escombros. La cercana isla de Siargao, conocida como la capital del surf de Filipinas, también fue golpeada por el tifón.