Pasadas las seis de la tarde, varios vehículos fueron arrastrados por las aguas del mar que llegaron hasta el malecón de Puerto Cabello. De manera extraoficial se conoció que dos personas están desaparecidas.
En playa Huequito desapareció el joven Alejandro Jose Hernandez de 20 años de edad, quien reside en el estado Aragua. En Mar Azul se perdió el rastro de Miguel Parra, un joven de 17 años que había ido desde Naguanagua hasta Puerto Cabello a disfrutar de sus costas.
Al sitio se trasladaron comisiones del Sistema Integrado Carabobo, Bomberos de Carabobo, Protección Civil, Organización de Salvamento Marítimo, Guardacostas e Instituto Nacional de Espacios Acuáticos para realizar labores de búsqueda.
Para este lunes está previsto continuar la pesquisa de ambos jóvenes, la cual será coordinada por el mayor BM Enrique Flores, jefe del Destacamento de Bomberos Marinos de Puerto Cabello. También participarán funcionarios del Instituto Nacional de Espacios Acuáticos y Guardacostas, bajo la dirección del VA Edgar Aguache, capitán de puerto de la ciudad.
Según el rescatista Jacobo Vidarte, el mar de leva, como se denomina al fenómeno ocurrido en las costas carabobeñas este domingo, está vinculado a fuertes vientos, o eventos eólicos, que además de los grandes oleajes en zonas costeras y en lagos, tienen otros riesgos asociados que incluyen caída de ramas y árboles con afectación de sistemas de comunicaciones y eléctricos.
Los fuertes vientos también incrementan los riesgos de interrupción del servicio eléctrico por cortos generados al unirse las líneas aéreas energizadas. También pueden ocasionar desprendimiento de vallas, semáforos o postes de iluminación. En caso de incendios de vegetación o forestales, la presencia de vientos es propicia para incrementar llamas.
Puerto Cabello: Buque petrolero Nabarima amenaza con un nuevo derrame
Los fenómenos naturales no son la única problemática que afecta a Puerto Cabello,
La imagen de un enorme buque petrolero que está inundado e inclinándose hacia un costado,en el Golfo de Paria; ha desatado exhortaciones internacionales para que se impida un derrame.
Después de años de abandono, el FSO Nabarima, una embarcación oxidada, llena de crudo pesado, se encuentra en un estado de deterioro. A pesar de que se desconoce la magnitud de los daños, si no es reparado pronto podría hundirse y desencadenar un desastre ambiental; contaminando las aguas a lo largo de las costas venezolanas y de varias naciones vecinas del Caribe, lo que aseguran expertos marítimos y críticos del gobierno de Venezuela.
Sin embargo, trabajadores petroleros opositores al gobierno, como Eudis Girot; director de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (FUTPV), han iniciado una campaña para que Nicolás Maduro preste atención a la situación.
El Nabarima, de bandera venezolana, es un navío de 264 metros de eslora que se cree está lleno casi a su capacidad máxima de 1,4 millones de barriles de crudo; una cantidad casi cinco veces mayor a la que derramó el Exxon Valdez en 1989. Éste se utilizaba como plataforma estacionaria anclada en el Golfo de Paria con el objetivo de ayudar a la exportación de petróleo.
Los críticos de la petrolera paraestatal PDVSA señalan que el buque de doble casco, construido en 2005 por la sudcoreana Samsung para ConocoPhillips; es sólo un ejemplo de la corrupción y malas gestiones del gobierno socialista que han llevado a la quiebra a la industria petrolera del país; que en algún momento brindó prosperidad a Venezuela.