El día lunes 7 de septiembre de 2020, Hussein Bolívar Pitti De León, director de la oficina panameña para la atención al refugiado ONPAR confirmó que hasta la fecha; se negaron más de mil solicitudes de protección internacional a los venezolanos y a la espera por resolver quedan 2.824 solicitudes.
En sus declaraciones, el funcionario panameño manifestó que la mayoría de los venezolanos son catalogados por esta oficina como migrantes económicos. No valoran o consideran como factor determinante la Catastrófica Crisis Humanitaria que vive Venezuela, debido a que estas “situaciones” que exponen los venezolanos a la hora de la entrevista como por ejemplo: la hambruna, falta dramática de medicamentos, violencia política ejercida mediante organismos policiales, exclusión o manipulación extorsiva del sistema financiero, laboral y de salud, amenazas de grupos armados denominados colectivos y un sistema judicial degenerado, no se enmarca en sus manuales o disposiciones legales para definirlos como refugiados, y que estas masivas negaciones de refugio no responden a criterios xenofóbicos, ni políticos sino se deben a un compromiso internacional asumido por dicha oficina con otros países en el año 2019 para adelantar los procesos y actualizar la data.
Según la legislación panameña que regula esta materia, una vez negada la solicitud de refugio de manera definitiva se le da al solicitante 7 días para salir del país; y de no hacerlo sería sancionado con multas calculadas por mes de estadía de manera ilegal o detenido en un albergue de migración para su inminente deportación.
También pudiera optar a otros mecanismos de regularización mediante visas alternativas; que permite el estado panameño mediante su departamento de migración y las cuales tienen un alto costo y una burocracia bastante compleja.
Venezolanos sin derecho a trabajo
Un dato que me gustaría señalar es que mientras los venezolanos esperaron años con mucha fe por esta respuesta. No tenían derecho al trabajo formal ni informal ya que esto está contemplado en sus leyes, y al hacerlos se exponían a multas o detenciones.
Cabe destacar que Panamá es uno de los 60 países que dice reconocer y apoyar a Juan Guaido como presidente de Venezuela. En la última reunión del Grupo de Lima del día 14 de agosto de 2020, firmó la resolución donde condenan las sistemáticas violaciones de derechos humanos; del régimen de Nicolás Maduro contra la población.
El gobierno panameño liderado por Laurentino Cortizo acepta, permite y mantiene el funcionamiento de una oficina como embajada del gobierno de Guaido atendida por Fabiola Zavarce quien ostenta el cargo de embajadora; aunque también mantienen en funcionamiento el consulado del régimen de Maduro.
Tomando en cuenta todos estos detalles nos preguntamos, ¿cómo se traduce el apoyo del gobierno de Panamá a Juan Guaido cuando es capaz de notificar a más de mil familias venezolanas; que incluyen niños, enfermos y adultos mayores; agregando así más angustia a su constante peregrinar en busca de libertad en medio de una pandemia, la cual ha generado grandes niveles de afectación mundial; obligando a mantener casi todas las fronteras cerradas incluyendo los aeropuertos?, ¿Planea el gobierno de Laurentino Cortizo una deportación masiva de venezolanos en medio de la pandemia camuflándolo mediante vuelos humanitarios; bajo la figura de retorno voluntario?
Dar refugio a venezolanos es una decisión soberana
Sin embargo, aunque reconozco como la mayoría de los ciudadanos del mundo que es una decisión soberana de cada nación; dar o negar a quien quiera el refugio. Veo un poco hipócrita por decir menos, que Panamá lo niegue mientras su canciller asume posturas humanitarias en foros internacionales; como la Organización de Estados Americanos y ante la Unión Europea, autoproclamándose “aliados” y hasta postularse como mediador; para ayudar a resolver la Crisis Política que vive Venezuela.
Por otra parte, ¿qué acciones tomará el gobierno interino de Juan Guaido con respecto a estas más de mil familias venezolanas que se encuentran en peligro de deportación inminente, entre otros riesgos?; ¿buscará la alternativa de trasladarlos a un tercer país de manera segura; entre esos 60 países del cual oímos una y otra vez jactarse diciendo que son sus “aliados” y que le reconocen como presidente?, o los dejara solos en las horas más oscuras de la pandemia como hasta ahora han estado pero más vulnerables; para caer en el régimen de Maduro quien desde su consulado prepara su plan vuelta a la patria ajustado a las próximas elecciones?
Por Franklin Ugas
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