Las autoridades bolivianas confirmaron la madrugada de este sábado la detención de la expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, a quien acusan de terrorismo, sedición, conspiración y vinculación a golpe de Estado por los hechos de noviembre de 2019, que terminaron con la salida anticipada de Evo Morales de la presidencia del país.
El ministro de Gobierno boliviano, Eduardo Del Castillo Del Carpio, en un mensaje en las redes sociales informó “al pueblo boliviano que la señora Jeanine Áñez ya fue aprehendida y en este momento se encuentra en manos de la Policía”.
Poco después de que se confirmara su detención, Áñez denunció que las medidas tomadas son un abuso y persecución política del Movimiento Al Socialismo (MAS). Según ella, se le acusa de haber participado en un golpe de Estado que nunca ocurrió.
Mientras era conducida hacia la Fiscalía de La Paz para dar su declaración informativa calificó su aprehensión como un atropello absoluto y reiteró que es un amedrentamiento político poe parte del MAS; partido político del actual presidente Luis Arce y de Evo Morales.
La Fiscalía General del Estado de Bolivia emitió el viernes una orden de aprehensión contra Áñez y varios de los que fueron sus ministros. Según la prensa boliviana, el viernes por la noche las autoridades allanaron la vivienda de la dirigente político en la ciudad de Trinidad, ubicada a unos 600 kilometros de La Paz.
La orden de detención se conoció por medios estatales bolivianos y confirmada por una de las exautoridades procesadas en el momento de su detención. Se dispuso la medida para Áñez, cinco de sus exministros y cuatro militares por su presunta responsabilidad en el denominado “caso golpe de Estado”, de acuerdo a la resolución.
Exministros detenidos por golpe de Estado
Al menos dos exministros de Áñez también fueron detenidos después de darse a conocer la decisión del fiscal asignado; antiguas autoridades y exjerarcas militares, sindicados de la comisión de delitos de “terrorismo, sedición y conspiración” en los hechos de octubre y noviembre de 2019 que provocaron la renuncia de Evo Morales.
Después de la dimisión del líder cocalero, Áñez asumió el gobierno hasta finales de 2020. Morales y su partido, que retornó al poder con Luis Arce Catacora como nuevo presidente de Bolivia, acusaron a la exmandataria de protagonizar un golpe de Estado en 2019.
Por su parte, Áñez denunció varias veces que los procesos abiertos en su contra son parte de un plan de persecución política evista. La teoría del golpe de Estado, la refuta la oposición basándose que en 2019 se produjo un levantamiento social provocado por el presunto fraude electoral con el que Morales pretendía quedarse en el poder por cuarta vez consecutiva.
El viernes, medios estatales bolivianos mostraron un video de uno de los exministros en el momento en que la policía lo detuvo. Álvaro Coimbra, extitular de Justicia, confirmó la existencia de la orden de aprehensión. Ésto lo hizo en el momento en el que subía a la camioneta de las fuerzas del orden.
Además, unos minutos antes de su captura, también detuvieron a Rodrigo Guzmán, antiguo ministro de Energía. Coimbra aseguró que el “caso golpe de Estado” lo armó el gobierno.
Evo Morales en elecciones de 2019
Evo Morales participó de las elecciones de octubre de 2019 con el objetivo de lograr un cuarto mandato presidencial consecutivo. Aquella decisión se cuestionó desde el principio por sus detractore. Ellos señalaban que estaba impedido por la Constitución y un referéndum de 2016 en el que la mayoría del electorado se opuso a esa posibilidad.
A pesar de eso, Morales logro la habilitación para aquellos comicios en los que era el favorito, pero sin una victoria en primera vuelta asegurada. Después de la votación, en la que Morales se proclamó ganador; una serie de denuncias sobre irregularidades en la jornada electoral desataron protestas que se extendieron durante tres semanas.
El entonces presidente reaccionó pidiendo a sus seguidores que defendieran su victoria electoral en las calles. Lo que provocó que ambos bandos paralizaran varias de las principales ciudades del país.
Incluso, la policía optó por amotinarse y el alto mando de las fuerzas armadas sugirió a Morales apartarse de estos hechos. La Central Obrera Boliviana, que aglutina a los sindicatos urbanos del país, también pidió la dimisión presidencial.
El 10 de noviembre, horas después de que se conociera un informe preliminar en el que la OEA decía que los resultados de la elección no eran fiables; Morales renunció a su cargo. Estuvo asilado en México y Argentina antes de volver a Bolivia a finales de 2020; tras la asunción presidencial de su delfín político Luis Arce Catacora.