Keiko Fujimori puede convertirse el domingo en la primera presidente de Perú, una meta para la que trabajó 15 años desde que asumió la tarea de reconstruir el movimiento político derechista fundado por su padre en 1990. La líder enfrenta un balotaje por tercera vez en una década, tras permanecer 16 meses en prisión preventiva, hasta mayo de 2020.
La hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), de 46 años, casada y con dos hijas adolescentes, tiene una acusación de la fiscalía por recibir presuntamente dinero ilegal de la constructora brasileña Odebrecht para sus campañas de 2011 y 2016, cargos que ella niega.
La cárcel y la crisis que afectó a su partido Fuerza Popular por el lo ocurrido cin Odebrecht bajaron su popularidad. Pero logró recuperarse para este balotaje ante el izquierdista Pedro Castillo. En el tramo final de la campaña se reconcilió con su hermano menor Kenji Fujimori, de quien se había distanciado por diferencias políticas hace cuatro años.
La fiscalía, que se prepara para llevarla a juicio, anunció el 11 de marzo que pediría condena de 30 años de prisión por los presuntos delitos de lavado de dinero y obstrucción a la justicia, entre otros. De ganar la presidencia, tendrá inmunidad y sólo podría ser juzgada una vez que termine su mandato de cinco años.
Sus propuestas para reactivar la economía, que decayó por la pandemia, implican elevar el gasto público y han sido tildadas de populistas por economistas independientes. La candidata se formó en Estados Unidos, donde obtuvo un Máster en Administración de Empresas en la Universidad de Columbia luego de licenciarse en la Universidad de Boston.
Familia de Keiko Fujimori marcó política peruana
La familia de Keiko Fujimori es de ascendencia japonesa. Ella ha pasado gran parte de su vida en la política, a la que ingresó contra su voluntad, según confesó. En 1994, a sus 19 años, la separación de sus padres la llevó a convertirse en primera dama sustituta.
Su padre renunció a la presidencia en 2000 con un fax desde Japón, donde buscó refugio. Ella permaneció en Perú y dio continuó con la política hasta cuándo sus tíos estaban huyendo de la justicia en otros países.
En 2004 se casó con el estadounidense Mark Vito Villanella y se reconcilió con su madre, pero no pudo desligarse de la política. A pedido de su padre, tomó el liderazgo para relanzar el fujimorismo en 2006. Se Postuló al Congreso ese año y obtuvo la más alta votación: 602.000 votos.
Perdió en 2011 la presidencia ante Ollanta Humala y en 2016 ante Pedro Pablo Kuczynski, aunque su partido consiguió mayoría absoluta en el Congreso. Sus partidarios se enfrentaron a Kuczynski hasta forzarlo a renunciar en 2018, tres meses después de que indultaran a su padre. La medida fue anulada por la justicia peruana.
En los comicios parlamentarios extraordinarios de 2020, el fujimorismo perdió el control del parlamento, pero ahora está en la antesala del poder. Los valores de su campaña se basan en el conservadurismo moral y economía neoliberal que su padre dejó como herencia tras llegar al poder en 1990 ganando ante el entonces favorito, Mario Vargas Llosa.
Liderazgo de Keiko Fujimori basado en la popularidad de su padre
Su liderazgo se basa en gran medida en la popularidad en algunos sectores de su padre, quien fue condenado en 2009 a 25 años de cárcel por corrupción y crímenes contra la humanidad bajo su gobierno. Ella ha dicho que de ganar indultará al exmandatario, de 82 años.
A pesar de su condena, muchos peruanos admiran a Alberto Fujimor. La razón se debe a que derrotó a la guerrilla maoísta Sendero Luminoso y detuvo la hiperinflación heredada del expresidente Alan García. “Mi intención es salvar a los peruanos de la muerte y del hambre” que causa del coronavirus. Así lo seclaró la candidata en alusión a la actual crisis sanitaria y económica.