Los techos del andén número 3, del Núcleo de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Armando Mendoza en Cagua, estado Aragua, desde la sala de estudio hasta el aula 310 fueron desmanteladas y algunas también fueron vandalizados.
Según dió a conocer el medio informativo Viva la UCV, la mayoría de las sillas de las aulas 308, 309 y 310 fueron robadas. De la biblioteca se llevaron dos estantes dónde se colocaban los libros.
Asimismo, las ventanas de repuesto de las rutas que se encontraban en el taller mecánico y las carteleras informativas fueron vandalizadas. Incluso, rompieron los vidrios de las ventas de los salones para llevarse el aluminio de los bordes y hurtaron las puertas de la sala de electricidad central y el transformador que quedaba.
Viva la UCV mencionó que desde hace años el núcleo ha ido de mal en peor y que de hecho, todos saben que básicamente ya no existe físicamente, sino que solo quedan sus estudiantes y profesores sin un espacio donde encontrarse.
De igual manera resaltó que a pesar de todos los robos y el constante vandalismo que sufre el núcleo de Cagua, no han visto ningún acto contundente ni alguna acción en sí por parte de las autoridades a cargo de esta sede.
Pero esta no es la primera vez que se da a conocer el caso del núcleo Armando Mendoza de la Facultad de Ingeniería, ya que en junio se pudieron observar las primeras imágenes del estado de estas aulas.
Crisis de seguridad como base de problemas
Hoy, ochocientos estudiantes no han visto clases desde septiembre de 2019. Ante los constantes robos que afectan dicho núcleo, “han convertido el recinto universitario en un templo a la desidia y al abandono ante la crisis de seguridad que hoy se cierne sobre dicho espacio académico” aseguró Viva la UCV.
Para ellos, la crisis de seguridad es la base de los problemas y no han sido atendidos con urgencia por las autoridades. Puntualizaron que ante el asedio, la delincuencia y el desvalijamiento de sus espacios, el núcleo ya vive un cierre técnico por la falla total de sus instalaciones. Incluso, han desmantelado el sistema eléctrico, han derrumbado paredes y se han robado lo que fuese útil o de valor.
Cagua no es el único caso, ya que los espacios de la escuela de enfermería, ubicados en Sebucán, municipio Sucre, también se han visto afectados por filtraciones que dejan las lluvias y la falta de mantenimiento y reparación. Aparte, el mes de junio también se derrumbó el techo de los pasillos cubiertos de la Universidad Central de Venezuela en Caracas.
Cabe destacar que al inscribirse la Ciudad Universitaria de Caracas en la Lista de Patrimonio Mundial, se creó una oficina técnica dedicada a velar por la gestión y el desarrollo de este conjunto.
A partir del año 2000, el Consejo de Preservación y Desarrollo de la UCV (Copreducv) estableció lineamientos y planes de intervención en edificaciones, redes de servicios, obras de arte y áreas verdes; incluidos los pasillos cubiertos del campus.
Recursos insuficiencientes para mantenimiento de la UCV
Entre 2003 y 2004, el trabajo de Maestría desarrollado por Ángela Rodríguez permitió abordar de forma metodológica y específica el caso de los pasillos ubicados hacia la zona de la casa de estudio que nombraron Tierra de Nadie, donde participaron patólogos estructurales, conservadores e ingenieros.
Los recursos que la UCV dispuso para lo planteado por Rodríguez en 2006 alcanzaron para la ejecución de un tramo de la obra; que no fue el que colapsó. A pesar de las solicitudes de dinero y apoyo, la UCV no ha logrado obtener un presupuesto suficiente para la conservación estructural del centro educativo.
Al intentar buscar causas, Viva la UCV pudo observar algunos factores: estructurales, ambientales, técnicos, logísticos, y gerenciales. Ellos acusaron a estos últimos de los colapsos estructurales, el abandono y la paralización presupuestaria aplicada a las universidades venezolanas y señalaron especialmente a la UCV.
Para finalizar, aparte del estado que tienen los diferentes núcleos, los estudiantes de la UCV tampoco han podido retomar sus clases, de forma presencial o a distancia. Lo que ha generado disgusto en los alumnos.
Lo que llevó a jóvenes de distintas carreras a protestar desde lo que denominaron el Ministerio del Atraso Universitario que dirige Cesar Trompiz, quien reafirma que en Venezuela la educación a distancia no funciona y que necesitan condiciones mínimas para llevarla a cabo.