El periodismo es un oficio en extinción amenazado constantemente por la banalidad y la indiferencia de los que dicen ser periodistas.
Colocarse la camiseta de “periodista” implica una valentía enorme, no es algo que se pueda decir a la ligera “soy periodista” ¡No!. Es algo que se ejerce y se trabaja constantemente.
En Venezuela se escucha mucho decir que cuesta demasiado hacer periodismo, yo me pregunto ¿cuándo hacer verdadero periodismo ha sido fácil? ¿Cuántos no han muerto o desaparecido tratando de ejercer el oficio?.
Hacer periodismo no es fácil y nunca lo será, se trata de enfrentar tiranías, ir de frente a los problemas que aquejan a comunidades, darle voz a los que las esferas de poder siempre quieren que estén callados.
Es momento de que le devolvamos el respeto y la importancia que esta labor merece. Porque en palabras de kapuscinski “este oficio no es para cínicos”.
Creo que es momento de que abramos los ojos y veamos lo que estamos haciendo mal y corrijamos, no podemos dejar apagar el farol del periodismo, simplemente no podemos dejarlo hundir en el chiste y la banalidad, en historias escuetas que no llegan a ningún lado.
Basta de decir que no ha pasado nada, cuando en realidad diariamente pasa de todo. Solo porque el político de turno no apareció en público te vas a quedar en tu escritorio.
Hay que hacerle honor a todos esos colegas que lo han entregado todo, que han sacrificado hasta su libertad. Hoy y todos los días es un buen momento para honrarlos, hasta en cada historia que escribamos.
Gracias a todos esos colegas que han trazado el camino a las nuevas generaciones, a los que cayeron en el proceso, y a los que siguen en esta lucha interminable en contra de la oscuridad y la maldad.
Que los golpes y las agresiones solo nos vuelvan más fuertes, y nos llenen de voluntad para seguir sosteniendo la luz que guía la democracia.