Tras la reciente victoria del candidato demócrata Joe Biden en las elecciones de Estados Unidos, han habido cuestionamientos por parte del aún presidente Donald Trump sobre la legitimidad de estos resultados; a través de sus redes sociales, ha dicho en reiteradas ocasiones que hay millones de votos falsos y que incluso ganó el voto popular. Más allá de estas alegaciones que han sido catalogadas como infundadas por miembros del partido republicano, todo parece indicar que los demócratas entrarán en la Casa Blanca en enero del 2021. Ahora bien, ¿Qué debemos esperar de Biden en su nueva etapa como presidente?
Más allá del área económica, en donde ha anunciado un incremento de impuestos para las personas que ganen más de 400 mil dólares, el demócrata tiene una gran tarea en el área institucional y política en el país. Luego de que Trump se encargó, con su retórica populista, de dividir a la población y enemistar a ambos partidos, Biden demostró tener una intención totalmente opuesta. En su discurso del pasado sábado 8 de noviembre, expuso la idea de que no estaba encargado de ser el presidente de los demócratas en Estados Unidos, sino que iba a ser el de todos los americanos. De hecho, intentó romper con la lógica que ambos partidos eran “enemigos”, sino que eran adversarios con un objetivo en común que los unía, y era representar al pueblo americano.
Según Heritage Foundation las posibilidades de fraude electoral es de un 0,0001%
Mientras años anteriores los candidatos se dirigían a sus oponentes con respeto, como McCain en el 2008 con Obama, o cuando este último se reunió en la Casa Blanca en 2016 cuando Trump fue electo; en estas elecciones ha reinado la hostilidad y la división que definitivamente no es sana para el funcionamiento democrático. Nunca antes en la historia un presidente que perdió las elecciones había cuestionado de tal manera la legitimidad de la voluntad del pueblo. Nixon no cuestionó su derrota del 60, pese a un margen mucho más estrecho en el voto popular; y Gore pidió un recuento en Florida que se prolongó más de un mes, pero no se refirió al sistema como fraudulento ni mucho menos que estaba amañado por un partido.
El panorama actual invita a Joe Biden a mantener el mismo discurso que ha tenido durante su campaña; a ser pragmático y alentar a que el sistema bipartidista de Estados Unidos no se desvirtúe y derive en obstrucción constante cuando el Senado y el Poder Ejecutivo no sean ambos del mismo color. Incluso tiene la gran tarea de conciliar los intereses dentro del mismo partido demócrata, el cual tiene a figuras más controversiales como Ilhan Omar o Alexandria Ocasio Cortez.
Sin embargo, antes de que todo esto pueda ocurrir, tiene que lidiar con todos los esfuerzos legales que intentará hacer Trump para seguir siendo presidente por 4 años más. Pero la realidad sugiere que esto no llegará a ningún lado; Los líderes de las democracias modernas han felicitado a Joe Biden como el nuevo presidente de Estados Unidos, incluso el Primer Ministro de Israel, que fue un eje fundamental en las relaciones internacionales del republicano. Incluso el nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo se ha encargado de extender su saludo a Biden por su victoria, quien hasta hace algunas semanas era funcionario de la administración Trump. De hecho, todo esto indica que el presidente de Estados Unidos volverá a ser una figura que inspire cordura, respeto, y confianza, totalmente opuesto a uno que promedió 22 mentiras diarias entre primer trimestre de 2019