¿A qué nos referimos con fast fashion? Como su traducción lo indica, esta es la moda rápida, la moda pasajera. Sí, con esto hablamos de las prendas que compras hoy y que en un par de meses ya deshechas porque se dañó; porque simplemente era para eso, para que fuera botada con tan solo pocos usos.
Siendo más precisos, se entiende como moda rápida el fenómeno por el cual se introducen colecciones de ropa; que siguen las últimas tendencias de la moda y que han sido diseñadas y fabricadas de forma acelerada y a bajo costo.
Con todo esto, comienza la tragedia: surge el círculo vicioso de comprar, poco usar y botar.
Pero ¿qué tiene de mal el fast fashion? Esta no solo invita al consumo compulsivo, a incrementar los desechos, sino que una de sus consecuencias más castigadas es el daño al medioambiente.
Según el informe La moda no debe costarnos la Tierra; publicado en febrero de 2019 por el comité medioambiental de la Cámara de los Comunes británica; la producción textil contribuye más al cambio climático que el transporte aéreo y marítimo juntos.
El alto consumo de recursos naturales e insumos químicos y la generación de vertimientos y emisiones. Según el World Resources Institute -WRI-; producir una camisa de algodón consume 2700 litros de agua y la industria textil genera el 20% de la contaminación industrial del agua.
Y ¿quiénes hacen nuestra ropa fast fashion?
Machines es la ópera prima de Rahul Jain, que obtuvo el premio a la Mejor fotografía – Documental en el 2017 en el festival de Sundance. Con una cruda mirada se exponen las deplorables condiciones laborales en las que se encuentran los trabajadores de la industria textil india.
Países como China, Bangladés, la India es donde se fabrican las piezas de moda; donde a los trabajadores se les obliga normalmente a trabajar de 14 a 16 horas al día; 7 días a la semana y el salario mínimo representa entre la mitad y un quinto de lo que es un salario digno. Además, según Google Arts & Culture; se estima que un 90% de las estructuras de los edificios donde se realizan las labores no cumplen con los reglamentos comunes de construcción.
Es obvio que todo esto suena terrible e irreparable, donde todo está completamente destruido por el mero hecho de querer vernos mejor. Pero no, la moda forma parte de nuestras vidas y de cómo nos expresamos; diseñadoras como Stella McCartney es una de las voces justas de la moda.
Tres tips para romper con esto
- Compra menos y usa más.
¿Qué significa esto? Compra lo que de verdad consideres versátil y que utilizarás.
Sin en el Reino Unido se extendiese al menos nueve meses la vida activa del 50% de la ropa; se ahorraría un 8% de carbono, un 10% de agua y un 4% de residuos por tonelada métrica de ropa.
- La segunda mano es opción.
Actualmente las tiendas de segunda mano se han hecho más populares no solo en las calles sino en Instagram. Ahora puedes adquirir prendas en buen estado y con mucha vida útil por delante. Además, esto no solo beneficia el bolsillo de quién compra, sino también forma parte del “rehusa”.
- Elige dónde comprar.
Zara, Bershka, Bestseller, Boohoo, C&A, Charlotte Russe, Cotton On, Esprit, Fashion Nova; FIVE FOXes, Forever 21, Gap Inc., Giordano, Guess, H&M, ASOS; Mango y muchas más, forman parte de la lista de marcas incluidas en la Fast Fashion según
Estamos en el 2020 y ya existen muchísimas marcas que toman en cuenta cada uno de sus procesos; y los hacen más amigables para el medio ambiente y con materiales sustentables.