Venezuela reúne a 49 especies de loros, pericos, guacamayas y cotorras, las cuales son las más llamativas y tradicionalmente representativas de la avifauna. Por su belleza estos animales son víctimas de la explotación comercial hasta convertirse en un grave problema de tráfico de aves.
Por lo menos el 30% de las 140 especies de psitácidos neotropicales estaban para el 2010; de alguna forma amenazadas de extinción por la acción del hombre, según un estudio hecho por la organización Vitalis, especializada en el área. Actualmente no se manejan estadísticas acerca del tráfico de aves ni de animales en general; pero se sabe que sí es una problemática que se mantiene en el país.
En ese sentido, se conoce que en algunas zonas del estado Falcón; hay personas que se dedican a sacar polluelos de loros de sus nidos para comercializarlos. Incluso, muchas veces cometen este delito en las vías principales de la zona, a plena vista de cualquier autoridad.
A pesar de eso, no se están tomando medidas de control para mantener el orden natural de la fauna. Con respecto a eso, la Fundación Tierra Viva, especializados en la conservación de recursos naturales; creen que no hay suficiente labor de educación, ni de vigilancia y control; además afirmaron que la situación económica del país favorece a este tipo de negocios.
Leyes que regulan el tráfico de aves
Todos estos actos también son considerados delictivos, así como lo que se establece en la Constitución Bolivariana de Venezuela; por lo que se debe decir que todo aprovechamiento, explotación o tenencia de animales silvestres; podrá ser inspeccionado o fiscalizado por los organismos competentes del Ministerio de Agricultura y Cría, los cuales tendrán además acceso para fines de fiscalización y estadística.
De acuerdo al parágrafo único del capítulo III de la Ley de Protección a la Fauna Silvestre “las autoridades de aduanas están obligadas a retener los animales silvestres, o sus productos, que no estén acompañados del permiso a que se refiere este artículo, y deberán dar inmediato aviso al Ministerio de Agricultura y Cría para que éste disponga lo conducente.”
Es necesario destacar que parte de la guardería ambiental y el cuidado de la fauna silvestre; también cae en las responsabilidades de la Guardia Nacional Bolivariana, policías nacionales, estatales y municipales, según lo mencionado por la fundación.
Asimismo, la conservación de la diversidad biológica se debe educar en los ámbitos formales sobre la importancia de la flora, fauna y los ecosistemas; “esos procesos educativos deben también llevar a cambios culturales que promuevan que la fauna silvestre no son mascotas y que debemos disfrutarlas en libertad”, señaló la fundación.
Tráfico de aves provoca muerte a loros y guacamayas
Es importante recordar, que más de 47 aves entre loros y guacamayas se ahogaron; después que sus captores las arrojaran al mar el pasado mes de junio, con la intención de evadir a la Guardia Costera en Cedros; Trinidad y Tobago .
Los tres hombres responsables del acto fueron detenidos en el Golfo de Paria, frente a Cedros, al sur de Trinidad y Tobago. Entre los animales fallecidos habían guacamayas, loros de alas anaranjadas y caciques.
También se arrojó al mar una caja de cartón con varios camachuelos, pero sus cadáveres flotaron y no se pudo alcanzar a recuperarlos. Se sospechaba que los tres hombres, quienes habitaban la comunidad de Cedros, intentaban pasar a las aves para venderlas en el mercado negro.
Según los informes policiales, los agentes de la Guardia Costera estaban patrullando en las aguas del Golfo, cuando observaron el bote. Los ocupantes de la embarcación parecían arrojar cestas y cajas por la borda; a lo que estos oficiales respondieron e interceptaron la lancha, para luego sacar las canastas de las aguas. Los contrabandistas fueron detenidos y los funcionarios de la División Forestal los reportaron.
La policía dijo que dado que los tres hombres provenían del continente sudamericano, sospechosos de venir desde Venezuela; debían someterse a pruebas para detectar covid-19 antes de que se pudieran presentar cargos adicionales contra ellos. El ministro de Agricultura, Tierra y Pesca de Trinidad, Clarence Rambharat, dijo que al acto atroz se le aplicará toda la extensión de la ley.
Para finalizar, es necesario decir que luego de que una ave ha permanecido cierto tiempo en cautiverio o “domesticada”; sería un riesgo para ella el devolverla a la naturaleza ya que sus instintos de buscar agua y comida se verán afectados; así como la exposición a los depredadores a los que no se han enfrentado nunca; por lo que en líneas generales apresar a un ave por placer humano, es condenarla a una jaula por el resto de sus días.